martes, 18 de septiembre de 2012

EL CANCER, conociéndolo para prevenirlo

Historias como las del Beatles George Harrison o las del psiquiatra Sigmund Freud, fumadores empedernidos, son especialmente ilustrativas de las consecuencias del estilo de vida sobre la salud, pues, si bien es cierto que el componente genético es un factor importante en la transmisión del cáncer, también es cierto que este sólo se manifiesta en un 5% de los casos, requiriéndose en el resto de la presencia de los factores predisponentes. En esto radica el principal objetivo de la lucha contra el cáncer, evitar los factores de riesgo y en el diagnostico precoz.
El gran avance que ha habido en las últimas décadas en el conocimiento de la biología de cáncer es la verdadera herencia que dejaremos a nuestros hijos y la base real de la lucha contra la enfermedad.
Cuando hablamos de cáncer en realidad nos referimos a más de 100 patologías diferentes y diferenciadas que les caracteriza el aumento de la capacidad de división de sus células y su reducida apoptosis (suicidio celular).
Con frecuencia oímos hablar de radicales libres y sus efectos perniciosos y lo asociamos con las benevolencias de los antioxidantes olvidándonos que la presencia de radicales libres es algo inherente a todo ser vivo que requiere del oxigeno para sobrevivir. Sin embargo, está científicamente reconocida la importancia de los mismos en el desarrollo de las principales patologías degenerativas que padecemos, el cáncer, las enfermedades cardiovasculares y las neurodegenerativas (Alzheimer y Parkinson).


¿En donde radica la importancia de los antioxidantes?


El oxigeno es nuestro gran proveedor de energía que se lleva a cabo fundamentalmente en la mitocondria, pero junto que con la energía se obtienen especies parcialmente reducidas (ROS) o radicales libres muy reactivas que se muestran perfectamente en equilibrio gracias a los antioxidantes naturales. Tanto en situaciones fisiológicas normales, como el paso de feto a neonato, como patológicas, como los procesos inflamatorios o la presencia de sustancias tóxicas, pueden alterar este equilibrio dando lugar al “estrés oxidativo”. Este estrés oxidativo se manifiesta interactuando las ROS sobre el material genético (ADN), sobre proteínas y sobre las grasas, todas ellas con posibles propiedades cancerígenas Este efecto oxidativo es perfectamente medible con la utilización de marcadores para cada una de ellas, lo que abre una gran esperanza para el diagnostico precoz.. Es la formación de radicales hidroxilo y su efecto oxidativo sobre el material genético, junto con la reacción en cadena típica toda reacción radicalaria la que parece explicar mejor la propagación tumoral. Estas conclusiones se han podido corroborar epidemiológicamente en poblaciones alimentadas con cantidades elevadas en frutas y verduras ricas en antioxidantes. Los resultados de los estudios más completos que se ha efectuado hasta la fecha sobre estilo de vida y cáncer, llevados a cabo en el año 2007 no parecen ser tan llamativas como cabría esperar, pero sí parecen más evidentes para algunos tipos de cáncer como el de próstata y la importancia del licopeno o los fitoesteroles. Sin embargo, si bien la EFSA aún no ha reconocido la suficiente evidencia científica para que ambos puedan publicitar estos efectos, sí lo ha hecho, en cambio, para el selenio, aunque siempre se deba tener presente la relación riesgo-beneficio de la utilización como suplemento de este micronutriente.


No hay comentarios: