viernes, 14 de octubre de 2011

DESAYUNOS SALUDABLES



En una comunidad como la Canaria, con el mayor índice de diabéticos del país que más diabéticos tiene de toda Europa, noticias fundamentadas, como la benovolencia de los hidratos de carbono en la dieta, deben ser tomadas con agrado, pero también con mucha cautela, ya que las dietas deben ser consideradas en su conjunto, y a fecha de hoy, aún no está establecida cual es la ingesta óptima de carbohidratos (azúcar).
Está demostrado que el acoso publicitario en temas de alimentación al que estamos sometidos, puede ser contrarestado con formación y con la mejora de los hábitos alimenticios, sobre todo a nivel familiar. El ritmo de vida actual nos imposibilita crear el entorno más propicio para la degustación de una de las comidas más importantes del día, el desayuno.
El desayuno nos aporta, sobre todo, la energía necesaria para afrontar el día, y si se conjuga con una cena baja en nutrientes, ocasiona un desequilibrio de los requerimientos calóricos y una concentración de los mismos en el almuerzo. Mantener el aporte calórico de forma homogenea a lo largo del día es fundamental para el mantenimiento del peso, el control de la diabetes y la colesterolemia. Un desayuno mal planificado se constituye como una de las principales causas del desarrollo de la obesidad infantil y de la aparición consecuente de la figura del obeso desnutrido.
Debemos tener presente que si bien el objetivo fundamental de la alimentación es mantener la salud, cualquier dieta que no tenga presente el placer y las tradiciones está condenada al fracaso. El azúcar da palatabilidad al desayuno, y hoy en día sabemos que la sacarosa (azucar de mesa), lejos de ser condenada, se recomienda de forma moderada ya que presenta un Indice Glucemico (IG) intermedio. Es más, las últimas revisiones no pueden demostrar de forma concluyente que las bebidas azucaradas contribuyan de forma significativa al aumento de la obesidad.

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